La cirugía de aumento de mama, es un procedimiento quirúrgico para mejorar el tamaño y la forma del pecho de la mujer en las siguientes situaciones: para mejorar la silueta de la mujer que tiene sus pechos demasiado pequeños, para corregir la reducción del pecho que se produce tras algunos embarazos, para corregir una diferencia de tamaño entre ambas mamas, y como un procedimiento reconstructivo tras cirugía de la mama.

Es posible aumentar el tamaño del pecho una o varias tallas mediante la introducción de una prótesis debajo de la mama o del músculo pectoral mayor, que puede ser de gel cohesivo de silicona (lo ultimo en implantes mamarios) o de solución salina.

Cirugía de aumento de mama¿Quién es la candidata ideal para someterse a un aumento mamario?

Las candidatas ideales para someterse a una cirugía de mamas son aquellas personas sanas, emocionalmente estables que comprenden los resultados que se pueden obtener tras la cirugía. Muchas mujeres desean un aumento tras un embarazo o una lactancia que ha dejado vacío y caído el pecho. Aunque no existe riego de que el aumento altere futuros embarazos, sí debe saber que las mamas pueden volver a caer algo tras un nuevo embarazo.

Primera Consulta.

Durante la primera consulta, el cirujano plástico evaluará el tamaño y la forma de las mamas, la firmeza de la piel y su estado general de salud. Se realizará además una exploración de mamas y en algunos casos se solicitará un estudio mamográfico. Se le explicarán las distintas técnicas quirúrgicas, se discutirá el tamaño y la forma que tendrán sus mamas y las opciones o la combinación de procedimientos que sean mejor para usted.

Debe exponer sus expectativas de manera sincera y franca, para que el cirujano plástico sea también franco y le muestre las alternativas disponibles para su problema, con los riesgos y limitaciones de cada una de ellas. También se le explicará cuál es el tipo de anestesia que se empleará, la necesidad o no de ingresar en la clínica donde se realice la cirugía y los costos de la intervención.

Después de la cirugía

Tras la cirugía de mamas es normal encontrarse algo cansada unos días, pero podrá hacer vida casi normal a las 24-48 horas. La mayoría de las molestias se controlan bien con la medicación prescrita por su cirujano plástico, aunque las mamas pueden doler un par de semanas. El vendaje es retirado al día siguiente, siendo sustituido por un sujetador especial, que deberá llevar de la manera que le indique su cirujano. Los puntos se retiran entre los 7 y 14 días; el edema no cede completamente hasta las 4 ú 8 semanas.

Tras un aumento mamario podrá volver al trabajo en pocos días, dependiendo de la actividad que realice. Siga las instrucciones de su cirujano acerca de qué ejercicios puede realizar; se evitará levantar objetos por encima de la cabeza durante 4 semanas. Sus mamas estarán más sensibles de lo normal durante 2 a 3 semanas, por lo que puede ser conveniente evitar un contacto físico excesivo hasta las 3 ó 4 semanas. Al principio las cicatrices estarán rosadas, aspecto que mejorará continuamente desde las 6 semanas. Los controles mamográficos apropiados para cada mujer según su edad pueden seguir realizándose, aunque se debe advertir la existencia de la prótesis. La operación no limitará su capacidad para dar de mamar si se queda embarazada.

¿Existen riesgos?

La cirugía de aumento mamario es una técnica segura, siempre y cuando sea realizada por un cirujano plástico cualificado. Sin embargo, como en cualquier operación siempre pueden existir complicaciones y riesgos asociados. En el aumento mamario, la complicación más frecuente es la contractura capsular, que ocurre cuando la cicatriz interna que se forma alrededor del implante se contrae en exceso, haciendo que la mama se vuelva más dura. Puede ser tratada de diversas maneras, requiriendo en ocasiones extirpar dicha cicatriz interna, e incluso, recambiar la prótesis.

Otra complicación, propia de cualquier cirugía es el hematoma (acumulo de sangre) que sólo en casos concretos precisa de una nueva intervención para eliminar la sangre acumulada. Un muy pequeño porcentaje de mujeres puede tener una infección alrededor de la prótesis, normalmente en las primeras semanas después de la cirugía. Algunas mujeres notan los pezones más o menos sensibles, e incluso, sin sensibilidad. Estos cambios suelen ser temporales, aunque en unos pocos casos serán permanentes. No existe evidencia de que las prótesis de mama afecten la fertilidad, el embarazo o la lactancia.

Es extraordinariamente infrecuente que las prótesis pueden romperse, haciendo que el contenido salga fuera de su cápsula. Cuando la prótesis está rellena de suero, el líquido se reabsorbe rápidamente sin producir ningún daño, disminuyendo la mama de volumen en unas horas. Si está rellena de silicona pueden pasar dos cosas: si la cápsula formada por el organismo no se rompe, no notará ningún cambio; si se ha roto, especialmente cuando ha sido sometida a mucha presión, la silicona sale disminuyendo el volumen de la mama. Con ambos tipos de prótesis será necesaria una nueva intervención para reemplazarla.

No existe evidencia científica probada de que las prótesis provoquen cáncer de mama o enfermedades del tejido conectivo. La colocación de una prótesis no impide la realización de mamografías.

Si la prótesis durante los controles mamográficos no presenta ninguna alteración no es necesario reemplazarla.

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